"Lagarto", ese es uno de los calificativos más frecuentes que se escucha decir al momento de hablar de Roy Barreras Montealegre. Lo llaman de esa forma, entre otras cosas, para cuestionarlo por saltar de un partido político a otro sin previo aviso y sin importar las posturas ideológicas de estos. Él explica que la mayoría desconoce "las verdaderas causas" por las cuales tuvo que salir de Cambio Radical y defender las banderas de La U.
Sus críticos aseguran que todo obedece a motivos netamente oportunistas, él lo desmiente: “Por mi partido aspiré a la Gobernación del Valle y aspiré a la Cámara de Representantes, hasta que llegó Germán Vargas Lleras, tuvimos diferencias que mantenemos hasta hoy sobre la política, sobre la paz, sobre la forma de atender a los seres humanos y se hicieron irreconciliables, hasta expulsarme, aunque él era un recién llegado. De Cambio Radical salí a las malas”, dice en diálogo con KienyKe.com.
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Está lejos de sentirse anfibio con las características que le han atribuido para un sin número de caricaturas. El senador caleño se identifica más con un caballo de Ajedrez, el único deporte que practica desde niño. “El caballo es el fuerte, es noble, es el que avanza a grandes saltos” afirma.
Barreras Montealegre se mantiene al trote (como el caballo). Desde que el Gobierno de Juan Manuel Santos inició las negociaciones de paz con las Farc en La Habana, puede tener al día entre cinco y diez reuniones, sin contar con los eventos a los que es invitado para hacer pedagogía sobre los acuerdos para el fin del conflicto.
Entre una y otra actividad de su agenda, atiende a distintas personas; unas solo desean una foto y otras generar polémica sobre argumentos, que según él, son completamente falsos frente a una oportunidad histórica para el país: “acabar con una guerra que se roba el dinero de los pobres”.
Es consciente de que hoy el país está polarizado. Hay dos ‘bandos’ como en el ajedrez, y esto será determinante no sólo para el voto del plebiscito como mecanismo de refrendación de los acuerdos, sino también para las próximas elecciones.
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Más que la paz y la política.
Roy Barreras es médico y sociólogo. Su profesión es su verdadera pasión, estuvo en el primer grupo de socorristas que viajó a auxiliar a los damnificados de la tragedia de Armero y dedicó 18 años a la atención de pacientes en hospitales y clínicas.
“La medicina la extraño todos los días, sueño con volver a ejercerla algún día porque más que un oficio es la vocación y el deseo de ayudar a los demás. Hace poco hubo un par de crisis médicas en La Habana, una de ellas con una de las personas del secretariado de las Farc y volví a ejercer. Esto nunca se olvida”, señala el senador con un dejo de nostalgia por lo que ha significado para seguir trabajando en un oficio que muchas veces le deja más amarguras que satisfacciones.
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El congresista caleño justifica todo con la recompensa de cumplir el sueño de su generación: convertir a Colombia en un país mejor y dejar de gastar dinero en la guerra para invertirlo en salud y educación.
“El ser humano cuando vive con entusiasmo se enamora de la vida, pero también hay ingratitud y decepción. A veces las cosas fracasan, a veces uno piensa que está haciendo bien la tarea pero la gente no lo comprende, te insultan en la calle, arrecian las amenazas y las agresiones. Se caricaturiza y se difama, me entristece que hay gente que piense que en verdad las mentiras que dicen sobre mí son ciertas” esa es su reflexión sobre lo que sale a diario en los medios de comunicación. Cada movimiento de Barreras es registrado por alguna cámara y se termina convirtiendo en titular al día siguiente.
Más que por su práctica de ajedrez, la táctica, la estrategia y la lógica de Roy Barreras se debe a una faceta de su vida que muy pocos conocen. “Antes de convertirme en médico fui taxista. Estudié en la Universidad Nacional y me pagué la carrera trabajando en las calles de Bogotá, fue así como pude conocer la vida de la gente y luego combinarlo con lo que sucedía a diario en las urgencias de los centros médicos. Por eso, entiendo los problemas que afrontan los colombianos y sé que si algo vale la pena desde el poder, es aliviar el dolor de la gente”.
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Roy Barreras tampoco es un ‘delfín’. El único apoyo con el que contó desde sus inicios fue el de su madre Nelly Montealegre. “Me crié sólo con ella, una mujer de origen campesino. Mi abuelo era liberal y fue asesinado en los años 49 en la vereda de El Palo, en el municipio de Caloto, Cauca; mi madre quedó huérfana a los nueve años y terminó en Bogotá tratando de sobrevivir con algún pariente. Fue una mujer muy sabia, que me enseñó a leer muy temprano y me sacó adelante con su esfuerzo”.
https://www.youtube.com/watch?v=xz19SSEn_S4
Su siguiente movimiento
La dirección en la que se dirige Roy Barreras es completamente clara, aun yendo contra de una de las figuras que solía defender hace algunos años. “Álvaro Uribe Vélez ha sido un dirigente muy importante. Los colombianos le dimos todo, le dimos 500 mil hombres bajo su mando, 27 billones de pesos al año de presupuesto, todas las leyes que quiso, inclusive la reelección, para que pudiera acabar con las Farc y no pudo” aseguró.
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Por eso, tras lo que denomina como un ‘fracaso’, Roy Barreras ahora está en el otro lado del tablero. “Vamos a acabar con las Farc como organización guerrillera a través del dialogo para que hagan tránsito a la legalidad. Vamos a lograr la paz que Uribe intentó y ahora niega. Él debería estar del lado nuestro, ayudándonos a hacer la paz, pero quiere que fracase solo porque no está hecha por él”.
Como Presidente de la Comisión de Paz del Senado de la República planea su ‘brinco’ al siguiente escaque. Está corrigiendo la última versión del libro que escribió con José Félix Lafaurie, ‘La paz, dos versiones encontradas’ que recoge todos los argumentos en favor y en contra del proceso de paz para que los ciudadanos puedan votar informados, y lograr por fin un ‘Jaque Mate’ a la guerra que ha azotado a Colombia en los últimos 50 años.
Barreras Montealegre se mantiene al trote (como el caballo). Desde que el Gobierno de Juan Manuel Santos inició las negociaciones de paz con las Farc en La Habana, puede tener al día entre cinco y diez reuniones, sin contar con los eventos a los que es invitado para hacer pedagogía sobre los acuerdos para el fin del conflicto.
Entre una y otra actividad de su agenda, atiende a distintas personas; unas solo desean una foto y otras generar polémica sobre argumentos, que según él, son completamente falsos frente a una oportunidad histórica para el país: “acabar con una guerra que se roba el dinero de los pobres”.
Es consciente de que hoy el país está polarizado. Hay dos ‘bandos’ como en el ajedrez, y esto será determinante no sólo para el voto del plebiscito como mecanismo de refrendación de los acuerdos, sino también para las próximas elecciones.
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“La garantía de que la paz sea estable y duradera pasa por la elección en el 2018 de una coalición ‘pro paz’, donde estaremos el Partido de la U, el Partido Liberal, el Partido Verde, Opción Ciudadana y el Polo. La otra será una coalición radical, de derecha, liderada por el Centro Democrático, con algunos sectores conservadores, donde estará el Procurador y el vicepresidente Germán Vargas lleras, que no creen en la paz” explica.
Para el senador de la U es clave lograr atender al mayor número de personas en el día, cuando no está en Cuba. El ser presidente de la Comisión de Paz cambió totalmente su rutina; duerme entre cuatro y cinco horas diarias, no fuma, no toma licor, almuerza donde puede y en su carro se escucha música clásica, seguramente como forma de relajación. Parte de esta entrevista se hizo en el carro.
Es consciente de que el tiempo que ya no puede pasar con su familia ha sido su mayor sacrificio, tanto que al momento de esta entrevista con Kienyke.com uno de sus hijos estaba siendo intervenido quirúrgicamente y él ofrecía un discurso ante más de mil personas, en la convención del partido Opción Ciudadana en el Hotel Tequendama de Bogotá.
Más que la paz y la política.
Roy Barreras es médico y sociólogo. Su profesión es su verdadera pasión, estuvo en el primer grupo de socorristas que viajó a auxiliar a los damnificados de la tragedia de Armero y dedicó 18 años a la atención de pacientes en hospitales y clínicas.
“La medicina la extraño todos los días, sueño con volver a ejercerla algún día porque más que un oficio es la vocación y el deseo de ayudar a los demás. Hace poco hubo un par de crisis médicas en La Habana, una de ellas con una de las personas del secretariado de las Farc y volví a ejercer. Esto nunca se olvida”, señala el senador con un dejo de nostalgia por lo que ha significado para seguir trabajando en un oficio que muchas veces le deja más amarguras que satisfacciones.
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El congresista caleño justifica todo con la recompensa de cumplir el sueño de su generación: convertir a Colombia en un país mejor y dejar de gastar dinero en la guerra para invertirlo en salud y educación.
“El ser humano cuando vive con entusiasmo se enamora de la vida, pero también hay ingratitud y decepción. A veces las cosas fracasan, a veces uno piensa que está haciendo bien la tarea pero la gente no lo comprende, te insultan en la calle, arrecian las amenazas y las agresiones. Se caricaturiza y se difama, me entristece que hay gente que piense que en verdad las mentiras que dicen sobre mí son ciertas” esa es su reflexión sobre lo que sale a diario en los medios de comunicación. Cada movimiento de Barreras es registrado por alguna cámara y se termina convirtiendo en titular al día siguiente.
Más que por su práctica de ajedrez, la táctica, la estrategia y la lógica de Roy Barreras se debe a una faceta de su vida que muy pocos conocen. “Antes de convertirme en médico fui taxista. Estudié en la Universidad Nacional y me pagué la carrera trabajando en las calles de Bogotá, fue así como pude conocer la vida de la gente y luego combinarlo con lo que sucedía a diario en las urgencias de los centros médicos. Por eso, entiendo los problemas que afrontan los colombianos y sé que si algo vale la pena desde el poder, es aliviar el dolor de la gente”.
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Roy Barreras tampoco es un ‘delfín’. El único apoyo con el que contó desde sus inicios fue el de su madre Nelly Montealegre. “Me crié sólo con ella, una mujer de origen campesino. Mi abuelo era liberal y fue asesinado en los años 49 en la vereda de El Palo, en el municipio de Caloto, Cauca; mi madre quedó huérfana a los nueve años y terminó en Bogotá tratando de sobrevivir con algún pariente. Fue una mujer muy sabia, que me enseñó a leer muy temprano y me sacó adelante con su esfuerzo”.
https://www.youtube.com/watch?v=xz19SSEn_S4
Su siguiente movimiento
La dirección en la que se dirige Roy Barreras es completamente clara, aun yendo contra de una de las figuras que solía defender hace algunos años. “Álvaro Uribe Vélez ha sido un dirigente muy importante. Los colombianos le dimos todo, le dimos 500 mil hombres bajo su mando, 27 billones de pesos al año de presupuesto, todas las leyes que quiso, inclusive la reelección, para que pudiera acabar con las Farc y no pudo” aseguró.
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Por eso, tras lo que denomina como un ‘fracaso’, Roy Barreras ahora está en el otro lado del tablero. “Vamos a acabar con las Farc como organización guerrillera a través del dialogo para que hagan tránsito a la legalidad. Vamos a lograr la paz que Uribe intentó y ahora niega. Él debería estar del lado nuestro, ayudándonos a hacer la paz, pero quiere que fracase solo porque no está hecha por él”.
Como Presidente de la Comisión de Paz del Senado de la República planea su ‘brinco’ al siguiente escaque. Está corrigiendo la última versión del libro que escribió con José Félix Lafaurie, ‘La paz, dos versiones encontradas’ que recoge todos los argumentos en favor y en contra del proceso de paz para que los ciudadanos puedan votar informados, y lograr por fin un ‘Jaque Mate’ a la guerra que ha azotado a Colombia en los últimos 50 años.
