Mientras Europa sufre por los atentados terroristas el presidente Barack Obama asiste a un partido de Béisbol en Cuba y baila tango en Argentina. Estas fueron las críticas más fuertes que recibió la actual gira latinoamericana de Obama por parte de sectores políticos y de prensa tanto estadounidenses como internacionales.
La no suspensión de la gira o al menos la no alteración de la misma por parte de Obama fueron vistas por algunos sectores como un desaire a la situación ocurrida en Bruselas, donde murieron más de 30 personas.
La gira de Obama, que inició con su visita histórica al régimen cubano de los Castro y que terminó en Argentina, país con el que no se tenían buenas relaciones desde hace casi dos décadas se dio por finalizada en la turística ciudad de Bariloche, en el sur del continente americano donde navegó por el lago Nahuel Huapi abordo del barco Modesta Victoria y cenó en el lujoso hotel Llao Llao, ubicado en los alpes argentinos. De ahí hizo un pequeña escala en Buenos Aires donde el Air Force One tomó rumbo hacia Washington.
La visita de Obama a Argentina en pleno aniversario del sangriento golpe militar que sufrió este país hace 40 años también fue muy criticado por millones de argentinos y de analistas políticos, debido a la participación que tuvo Estados Unidos en el golpe de estado al gobierno peronista.
Ante los vientos de críticas el mandatario estadounidense dijo que el alterar su agenda, cada vez que ocurra un atentado, sería una victoria para los terroristas. El mensaje del presidente de Estados Unidos fue “Somos fuertes. Nuestros valores son los correctos. No ofrecéis nada más que muerte”, según lo informa el diario El País de España.
