El portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Stephane Dujarric, resaltó la propuesta de enviar una delegación a la región china de Xinjiang para investigar las condiciones de la minoría uigur.
Dujarric resaltó la importancia de la situación ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humano (ACNUDH). A finales de agosto de 2018, los expertos de la ONU conjeturaron que hasta un millón de uigures musulmanes podrían encontrarse en los llamados centros de reeducación de Xinjiang.
La iniciativa de visitar los campamentos de reclusión en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang tomó fuerza por las presuntas violaciones de derechos humanos contra la minoría.
Las declaraciones del portavoz surgen después de unos informes de la BBC sobre violaciones y tortura sistemática hacia las mujeres de la etnia uigur. El Gobierno chino afirma que los campamentos no tienen ningún tipo de abuso y los domina como campos de “reeducación”.
Campamentos de adoctrinamiento
China ha sido ampliamente acusada de poner a los uigures en campamentos de adoctrinamiento. Hasta 1,6 millones de uigures han huido de China para vivir en el extranjero, según el Congreso Mundial Uigur.
Según la periodista Nury Turkel, quien cubrió la noticia para el New York Times, “Estos campos, a pesar del eufemismo “centros de capacitación vocacional”, están lejos de ser vocacionales y nunca han sido voluntarios”.
De los delitos que se presentan están: la tortura, la violación, la esterilización y los abortos forzados, un adoctrinamiento político constante e incluso la muerte. Las autoridades también han obligado a decenas de miles de detenidos a trabajar en la región uigur y en otras partes de China.
Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional y más grupos de derechos humanos, acusan a Pekín de oprimir a 12 millones de uigures. En 2018, HRW dio a conocer un informe en el que el Gobierno chino propició una campaña de detención arbitraria masiva contra los uigures, que en su mayor parte eran musulmanes.
Ante las acusaciones, China sigue negando las acusaciones de la BBC y de los distintos organizaciones que velan por los derechos humanos. Incluso, la posibilidad de que el grupo de la ACNUDH pueda entrar a investigar dichos campos resulta complicada.
Estados Unidos también se ha involucrado en la conversación. El pasado jueves, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Wang Wenbin, negó las acusaciones de las violaciones sistemáticas de mujeres. El delegado recalco que son sólo “centros de reeducación”.
China es un Estado de derecho, nuestra Constitución garantiza y protege los derechos humanos, eso está consagrado en nuestro sistema legal y en el trabajo del Gobierno", dijo el diplomático. Ante las declaraciones, el Departamento de Estado de Estados Unidos exigió una investigación y acusó abiertamente a China de violaciones masivas en Xinjang.
El Gobierno chino no tiene intenciones de que Estados Unidos o alguna entidad externa realice una indagación. "China se opone a cualquier injerencia en los asuntos internos chinos, continuaremos protegiendo nuestra soberanía, seguridad y los intereses de desarrollo", agregó Wenbin.
Las autoridades chinas afirman que los problemas relacionados con Xinjiang no tienen nada que ver con la violación de los derechos humanos, ni con cuestiones étnicas o religiosas. Están relacionados con cuestiones de violencia, terrorismo y separatismo.
Con información de Sputnik, Anadolu y The New York Times.
