En la actualidad, hablando de maquillaje, una de las tendencias que se rehúsa a quedar en el olvido es el uso del iluminador, ese producto que agrega un toque de brillo extra para una apariencia más glamurosa. Solo se trata de aplicarlo en las zonas correctas del rostro, en la parte superior del pómulo, arriba del arco de cupido y en los lagrimales.
Pero para que se vea verdaderamente natural, incluso pueda usarlo en el día para ir a trabajar o estudiar, el truco está en que no se note la línea trazada con el iluminador, esto es más fácil de disimular cuando se usa una versión en polvo, porque es más fácil de difuminar, pero cuando se escoge una cremosa la cuestión es más difícil.
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La respuesta está en el orden en que se aplica la base, usualmente es el primer cosmético a usar en la rutina de maquillaje, pero depende del objetivo no es necesario que sea el primer paso, especialmente cuando se quiere aplicar iluminador, que cuando tiene una textura cremosa o es de alta pigmentación cuesta trabajo difuminar con naturalidad.
En la noche es usual que lo que se desee es obtener un brillo extra pero para el día a día lo que se quiere es una apariencia natural y fresca, que la gente no note que se lleva maquillaje.
Por eso es que se debe usar el iluminador debajo de la base, porque este debe comportarse como una segunda piel, así se da la impresión de que el brillo proviene desde el interior, creando de inmediato ese efecto de frescura, de haber dormido 10 horas, perfecto cuando el highlighter es cremoso.
Así lo recomiendan los expertos en maquillaje, ya que el uso de este cosmético hace que las mejillas se vean más altas, conseguir que los pómulos se vean más definidos, con un look más juvenil y descansado.
No olvide que para aplicar el iluminador lo mejor es usar una brocha suave, así el difuminado será más fácil, si desea, también puede intentarlo con sus mismos dedos.
