Cerca de 130.000 habitantes de municipios aledaños a la región entre Casanare y Boyacá serían los más afectados si no se empiezan a diseñar planes con las comunidades campesinas, tendientes a tomar acciones preventivas que minimicen el impacto por la falta de agua como consecuencia del calentamiento global y de actividades de agricultura, ganadería y minería.
Luisa Guerrero Castelblanco, magíster en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), realizó un estudio sobre la relación de la oferta y la demanda de las fuentes hídricas en esta zona de Colombia, en el cual destaca que su importancia se basa en la amenaza inminente de los páramos. “Hacer una aproximación a la disponibilidad de agua y el uso que se le da permite tener insumos para gestionarla con un enfoque en la protección del páramo”, agrega.
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