La llegada masiva de los capibaras a un barrio acomodado de la provincia de Buenos Aires generó caos y enojo en los vecinos, memes en las redes sociales y preocupación por parte de ambientalistas. Conversamos con una especialista en ecología y manejo de carpinchos acerca del fenómeno y sus posibles soluciones.
Los carpinchos invadieron las calles, jardines y espacios libres de la localidad de Nordelta, ubicada al norte de la provincia de Buenos Aires. El fenómeno desencadenó quejas de los vecinos debido a los destrozos provocados en las afueras de sus casas y al ataque a sus mascotas.
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Pero estos roedores están en su hábitat natural dado que Nordelta fue construida sobre una zona de humedales donde viven animales silvestres. Mientras que algunas especies se extinguieron, los carpinchos lograron sobrevivir gracias a su capacidad de adaptación y a las políticas de conservación.
"Los carpinchos son roedores semiacuáticos, muy mansos, tienden a alejarse de las perturbaciones. Si encuentran condiciones de tranquilidad, ganan confianza y los vemos cerca de las casas porque no se los caza. Lo que hacen es comer y descansar, y en las horas crepusculares tienen los picos de actividad cuando salen a pastorear", dijo a Big Bang María José Corriale, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del Conicet en Argentina.
La entrevistada se refirió también a los principales peligros de la presencia de carpinchos en espacios urbanos, tanto para ellos como para las personas, y a las posibles soluciones que se manejan para resolver este problema.