Cuatro balones de oro de forma consecutiva lo imponen como el mejor jugador del mundo. Lionel Messi, más que el crack de Barcelona y de la selección Argentina se transformó en un activo del fútbol mundial. Sin embargo, la estrella podría perderse el próximo mundial de Brasil o al menos no llegar en buenas condiciones.
La incertidumbre reina por el estado físico del jugador, que en los últimos meses se mostró propenso a las lesiones musculares que lo tienen más fuera que dentro de la cancha.
La cacería
Su fragilidad no es nueva. Al inicio de su carrera, cuando en el 2004 empezó en Barcelona y un año después en la selección nacional de su país, eran recurrentes en Messi las lesiones. Cuando ganó masa muscular, el problema fueron los golpes recibidos por los rivales que empezaban a conocer su calidad en el terreno de juego.
En 2006, cuando a Lio se le empezó a conocer como el heredero de Ronaldinho, una lesión ante Chelsea lo dejó por fuera del equipo culé que disputó la final de la Champions League ante Arsenal en París y se consagró campeón. La ‘Pulga’ fue objeto de los golpes del defensor Asier Del Horno, en aquellos tiempos en Chelsea, que dirigía José Mourinho, en un partido por octavos de final del torneo continental.
Asier Del Horno persiguió a Messi por todo el campo en la Champions 2006. Se dice que enviado por Mourinho.
"Se vio claro que en la primera entrada me llevo una buena plancha. En la segunda, Del Horno fue muy fuerte y con mala intención, pero salté y por eso no me dio”, expresó el argentino tras el partido de ida. Víctima de la rigurosidad del equipo inglés, el jugador se lesionó en el encuentro de vuelta, algo que acabó con su temporada en el club y puso en duda su participación en el mundial de Alemania 2006. Finalmente, el seleccionador José Pékerman lo llevó al campeonato aunque no lo usó de titular.
El joven de cristal
El regreso a las canchas con el club culé no fue el más satisfactorio para la ‘Pulga’. En un partido contra Zaragoza el joven sufrió una lesión ósea en el metatarso que lo sacó de las canchas por tres meses. A su regreso, el estado de forma de Messi mejoró y durante más de un año no sufrió mayores sobresaltos en su físico.
La 'Pulga' vivió un karma con las lesiones antes del arribo de Guardiola.
Sin embargo, cuando Barcelona vivía un caos interno del cual la prensa hizo responsables a referentes como Samuel Eto’o y Ronaldinho, Messi se erigía como el líder del equipo pero un nuevo problema muscular lo sacó por unas semanas del terreno. A su regreso, la baja condición física no pudo hacer fuerza contra Manchester United, que eliminó al club catalán en las semifinales de Champions League, donde a la postre se quedaría con el título. Tras esa temporada y ante la asunción de Pep Guardiola, la fragilidad de Lionel pasó a ser cosa del pasado para convertirse en un jugador de ‘goma’.
Jugar para no lesionarse
Enfocado en que siempre Messi estuviese feliz, Guardiola tomó la determinación de que la ‘Pulga’ jugara siempre. Para Pep, esta era la clave para que Lio rindiese al máximo, lo que evitaría las lesiones reiteradas: “Juega cada tres días, viajes muy largos, el peso de un país en la espalda. A veces, en lugar de tres goles, hace dos. Leo siempre quiere jugar y no quiero que esté triste y por eso le hago jugar. Además, soy egoísta y me gusta más que Messi esté a que no".
En la era de Guardiola, el argentino no sufrió lesiones de relevancia, salvo por la que le propinó el checo Thomas Ujfalusi tras una dura entrada en un choque entre el Barça y Atlético de Madrid. La herida, que hizo temer tanto en Catalunya como en Argentina, no registró consecuencias de gravedad y diez días después volvió a jugar.
Cuando las lesiones eran cosa del pasado, el checo Ujfalusi hizo que reaparecieran las dudas.
El entrenador de Barcelona entregó el consejo a su similar de la selección gaucha, Alejandro Sabella, que adoptó la misma medida de no sacarlo jamás del campo, lo que condujo a un promedio superior a 70 partidos por temporada para Lionel. Con la partida de Pep, las cosas no cambiaron en la etapa Vilanova, hasta el día que ante PSG en París, el crack se fue lesionado.
Volvieron los fantasmas
Desde ahí nada fue lo mismo para Messi. En los últimos partidos al mando de Tito Vilanova era común ver en el banco del club blaugrana al argentino, incluso en partidos decisivos como el de vuelta ante Bayern Munich por Champions League donde no fue ni siquiera incluido. Tampoco jugó como titular ante Colombia y Ecuador por las eliminatorias sudamericanas.
La lesión ante PSG y el comienzo de la inactividad prolongada para Lio.
Tras la llegada del Tata Martino la salud del rosarino no mejoraría, acarreando cargas musculares que lo marginaron de partidos ante Italia por un amistoso en honor al Papa Francisco, y un encuentro de liga ante Málaga. La cifra arroja únicamente 4 partidos jugados completamente de los últimos 38, contando los de clubes y los de selección Argentina.
El último partido ante Almería dejó una nueva lesión en el bíceps femoral derecho, la zona más frágil de Messi. La ‘Pulga’ no volverá a jugar por eliminatorias y en la entidad culé prenden velas para que el crack regrese a tiempo para disputar el clásico ante Real Madrid dentro de un mes, pero es la FIFA la que mas oraciones alza, porque no quiere que la joya más preciada se pierda el Mundial de Brasil.
Asier Del Horno persiguió a Messi por todo el campo en la Champions 2006. Se dice que enviado por Mourinho.
"Se vio claro que en la primera entrada me llevo una buena plancha. En la segunda, Del Horno fue muy fuerte y con mala intención, pero salté y por eso no me dio”, expresó el argentino tras el partido de ida. Víctima de la rigurosidad del equipo inglés, el jugador se lesionó en el encuentro de vuelta, algo que acabó con su temporada en el club y puso en duda su participación en el mundial de Alemania 2006. Finalmente, el seleccionador José Pékerman lo llevó al campeonato aunque no lo usó de titular.
El joven de cristal
El regreso a las canchas con el club culé no fue el más satisfactorio para la ‘Pulga’. En un partido contra Zaragoza el joven sufrió una lesión ósea en el metatarso que lo sacó de las canchas por tres meses. A su regreso, el estado de forma de Messi mejoró y durante más de un año no sufrió mayores sobresaltos en su físico.
La 'Pulga' vivió un karma con las lesiones antes del arribo de Guardiola.
Sin embargo, cuando Barcelona vivía un caos interno del cual la prensa hizo responsables a referentes como Samuel Eto’o y Ronaldinho, Messi se erigía como el líder del equipo pero un nuevo problema muscular lo sacó por unas semanas del terreno. A su regreso, la baja condición física no pudo hacer fuerza contra Manchester United, que eliminó al club catalán en las semifinales de Champions League, donde a la postre se quedaría con el título. Tras esa temporada y ante la asunción de Pep Guardiola, la fragilidad de Lionel pasó a ser cosa del pasado para convertirse en un jugador de ‘goma’.
Jugar para no lesionarse
Enfocado en que siempre Messi estuviese feliz, Guardiola tomó la determinación de que la ‘Pulga’ jugara siempre. Para Pep, esta era la clave para que Lio rindiese al máximo, lo que evitaría las lesiones reiteradas: “Juega cada tres días, viajes muy largos, el peso de un país en la espalda. A veces, en lugar de tres goles, hace dos. Leo siempre quiere jugar y no quiero que esté triste y por eso le hago jugar. Además, soy egoísta y me gusta más que Messi esté a que no".
En la era de Guardiola, el argentino no sufrió lesiones de relevancia, salvo por la que le propinó el checo Thomas Ujfalusi tras una dura entrada en un choque entre el Barça y Atlético de Madrid. La herida, que hizo temer tanto en Catalunya como en Argentina, no registró consecuencias de gravedad y diez días después volvió a jugar.
Cuando las lesiones eran cosa del pasado, el checo Ujfalusi hizo que reaparecieran las dudas.
El entrenador de Barcelona entregó el consejo a su similar de la selección gaucha, Alejandro Sabella, que adoptó la misma medida de no sacarlo jamás del campo, lo que condujo a un promedio superior a 70 partidos por temporada para Lionel. Con la partida de Pep, las cosas no cambiaron en la etapa Vilanova, hasta el día que ante PSG en París, el crack se fue lesionado.
Volvieron los fantasmas
Desde ahí nada fue lo mismo para Messi. En los últimos partidos al mando de Tito Vilanova era común ver en el banco del club blaugrana al argentino, incluso en partidos decisivos como el de vuelta ante Bayern Munich por Champions League donde no fue ni siquiera incluido. Tampoco jugó como titular ante Colombia y Ecuador por las eliminatorias sudamericanas.
La lesión ante PSG y el comienzo de la inactividad prolongada para Lio.
Tras la llegada del Tata Martino la salud del rosarino no mejoraría, acarreando cargas musculares que lo marginaron de partidos ante Italia por un amistoso en honor al Papa Francisco, y un encuentro de liga ante Málaga. La cifra arroja únicamente 4 partidos jugados completamente de los últimos 38, contando los de clubes y los de selección Argentina.
El último partido ante Almería dejó una nueva lesión en el bíceps femoral derecho, la zona más frágil de Messi. La ‘Pulga’ no volverá a jugar por eliminatorias y en la entidad culé prenden velas para que el crack regrese a tiempo para disputar el clásico ante Real Madrid dentro de un mes, pero es la FIFA la que mas oraciones alza, porque no quiere que la joya más preciada se pierda el Mundial de Brasil.
