Durante el puente festivo de Semana Santa, en el país se presentaron dos casos más de líderes sociales asesinados, lo que encendió nuevamente las alarmas por los casos de violencia que se están presentando en contra de los defensores de los Derechos Humanos.
El primer caso se presentó en Mapiripán, Meta, donde una mujer, identificada como María Magdalena Cruz Rojas, fue asesinada delante de su esposo y su hijo en una finca de su propiedad, al parecer, por hombres encapuchados que entraron a su vivienda para perpetrar el asesinato de una de las líderes sociales del departamento, encargada de encabezar el movimiento para la sustitución de cultivos ilícitos en esa zona del país.
La denuncia la presentó la Fundación para la Defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Oriente y el Centro de Colombia-DHOC-, que además reseñó que el Gobierno debe tomar decisiones urgentes para acabar con el asesinato de los líderes, que son, según la fundación "la piedra en los zapatos del proceso de paz en Colombia".
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Por su parte, en su segundo acto delictivo se atentó contra la vida de Belisario Benavidez Ordóñez, un hombre de 35 años de edad, que residía en el municipio de Rosas, en el departamento del Cauca. Los hechos, según cuentan las autoridades, se presentaron cuando sujetos aún no identificados abordaron Benavidez y le dispararon, justo al frente de su hijo de tres años y de su sobrino, de 12.
Benavidez era un reconocido dirigente social e integrante de la Mesa de Víctimas del Municipio, y trabajaba desde hace cinco años, cuando llegó desplazado por la violencia a Rosas. Lo más preocupante es que en ningún momento el líder social presentó amenazas de muerte, y dejó a su esposa con tres hijos, todos menores de edad.
