Cifras!! Estamos cansados de escucharlas, se triplican los muertos pero los que salen adelante no son noticia, es noticia lo que da miedo, lo que nos asombra, lo que nos toca.
Un día todo estaba normal y al siguiente nos dicen que hay un enemigo invisible que vino a atacarnos y como estamos acostumbrados a la exageración de las noticias pensamos que era algo pasajero, pero ha llegado y hasta los mejores científicos cambian de tema cuando se les pregunta por el día en que podamos volver a abrazarnos.
Acatando las recomendaciones mi familia y yo nos quedamos en casa en Nueva York uno de los sitios más afectados por la pandemia, ya nos dijeron que en el mismo piso donde vivimos hay dos infectados, solo sacar la basura se ha vuelto una preparación que jamás habíamos vivido, entro nuevamente a casa y siento dolor de garganta, mi hijo que andaba antes muy perdido entre sus cosas está de nuevo conmigo y me va a abrazar y lo rechazo por el miedo que me da, que sacando la basura el viento me haya traído la enfermedad, al día siguiente estoy bien, estamos todos bien pero la paranoia está presente y eso lo vivimos nosotros que estamos encerrados, no puedo imaginar lo que sienten los llamados trabajadores esenciales, los médicos, personal de la salud, de limpieza y aseo, los de transporte y quienes atienden y surten la cadena de alimentos, cómo llegarán a sus casas, como vivirán su día a día...
Esta pesadilla terminará, algunos quedarán con cicatrices en el alma, otros verán cómo se les vino el mundo abajo por no estar recibiendo dinero y otros simplemente con kilos de más, todos con experiencias diferentes pero unidos por un común denominador, el recordatorio de que somos humanos, vulnerables, que el dinero y las posesiones pasan a segundo plano cuando de salud se trata, un recordatorio de que todos tenemos que preocuparnos por todos, porque lo que le afecte a uno inevitablemente terminará por afectar al otro.
Aprovechemos esta luna y al observarla recordemos que emite la misma luz, para todo el mundo.
