La salud no es asunto exclusivo de los médicos. Y es que no debería serlo, es una responsabilidad tan profunda y seria, que achacarle semejante responsabilidad a los galenos, sería absurdo. Y mucho menos, cuando este sector afronta un estado de postración y su diagnóstico es reservado.
¿Quién legisla de forma acertada a favor de la salud? Para que esto mejore, se necesita empujar políticas públicas que se ajusten a la realidad del sector salud, no hay otra medicina posible, es así o entrar en cuidados intensivos.
Los pacientes ya no tienen paciencia. Solo es hacer un recorrido por las EPS, esperas interminables para una atención, pedir una cita médica es otro martirio y para solicitar autorización para procedimientos quirúrgicos, órdenes de imágenes radiológicas, de laboratorio, se desencadena todo un torbellino de trámites burocráticos y si autorizan laboratorios, se desencadena todo un torbellino de papeleos. Estamos en una especie de sálvese quien pueda.
De todas formas, hay que creer en el poder medicinal de una buena legislación. Hay varios congresistas preocupados por la salud de la salud, pero hay una senadora en particular, que sobresale por su inagotable esfuerzo por hacer bien la tarea.
Se trata de la senadora Norma Hurtado, ha impulsado leyes para la dignificación del talento humano en salud, modernización del programa de inmunizaciones, ampliación del plazo para certificación de hospitales universitarios y en el trámite de la pasada reforma a la salud, presentó más de 40 sugerencias de mejoras.
En el control político también ha estado eficaz. Adelantó debates sobre la situación financiera de la red pública hospitalaria, muchos de estos centros de atención han tenido que cerrar por falta de recursos. Las EPS también pasaron al tablero.
Y en lo peor de la pandemia, alertó sobre los escasos traslados presupuestales del fondo de mitigación para atender a los trabajadores de la salud, que fueron los grandes protagonistas para combatir el coronavirus. Fue una de las congresistas que sustentaron la necesidad de establecer la ley de punto final, que permitiera al estado cancelar las deudas, o parte de ellas, con las EPS y con los prestadores de servicios de salud.
También lideró la ley que permite hoy la historia clínica electrónica y otro que pretende la regulación del uso del plomo en elementos de manipulación cotidiana y la actualización de la ley antitabaco. Y la lista de iniciativas a favor de la vida, es aún más larga.
La salud en nuestro país se cae a pedazos, pero siempre hay motivos para creer que podemos curarnos, pues en el Congreso hay una legítima guardiana del sector, la senadora Norma Hurtado. Y seguro muchos de sus colegas la acompañarán en esta causa, con esto bastaría para cambiar el destino de algo que nos implica a todos.
