Son felices Las leonas de Santa fe. Con ellas, su público. Repiten su consagración y afirman su hegemonía en el fútbol femenino, el que rebasa en aciertos al masculino, eliminado, lleno de frustraciones y desaciertos.
Con golpes rápidos, aportes físicos y técnicos, firmaron su autoridad indiscutida, desde el primer partido, en la serie final ante el América.
Su triunfo, como los anteriores, tuvo implicaciones profundas respecto al impacto de lo ocurrido en el último episodio.
Significó la convalidación de su proyecto, por la seriedad con que se conduce, la calidad de sus jugadoras y la prosperidad real y no ficticia de una actividad durante años rechazada: la liga femenina.
Es una victoria “por goleada” frente a quienes apoyan este futbol con hipocresía, de dientes para afuera, y lo repudian en privado.
Es incontenible el progreso de las futbolistas y sus clubes en Colombia, con masivo acompañamiento de aficionados, que testimonian sin recelo su respaldo.
Con Las Leonas como ocurrió con otros clubes campeones en el reciente pasado, no pide pista el fútbol femenino.
Ya la tiene con participación frecuente en torneos locales e internacionales y con la respuesta reconocida por las autoridades mundiales, ante la realización exitosa de eventos de envergadura en nuestro medio.
Jugaron bien las chicas albirrojas. No cayeron en la tentación del juego sucio que ya se copia en el fútbol femenino, con procedencia nociva del masculino. Qué bueno sería pasar por encima de esas prácticas.
No hay en su nómina estrellas fulgurantes, son equipo, como lo afirman, para competir sin concesiones, dejando hasta el último aliento en las canchas, como ejemplo para tantas otras futbolistas, que tienen el mismo sueño...el del triunfo.
El fútbol femenino, a pesar de los tropiezos anteriores, goza de buena salud. Tiene espacio en los medios y es noticia constante.
Aunque aún luchan las jugadoras para rechazar la discriminación, las miradas con opiniones preconcebidas, la inequidad salarial y el irrespeto a sus relaciones afectivas.
Pero algo, o mucho, ha cambiado. Lo que ellas en su lucha, se han ganado. “Las Leonas” y otra estrella para la familia cardenal.