Estamos por dar un paso trascendental con el que cambiaremos el nefasto rumbo al que hemos sido arrastrados en los últimos ocho años. Colombia ha corrido con suerte: podrá realizar esa transformación a través de unas elecciones en las que el pueblo elija su presidente, cuando se le ha querido imponer a la fuerza un modelo político contrario a sus principios democráticos. Es con el voto que los ciudadanos daremos el giro que nos lleve por una ruta de progreso.
El éxito llama al éxito y somos triunfadores, de otra manera no estaríamos, en este momento crucial, con una clara esperanza en el triunfo. No han podido doblegarnos a pesar del inmenso poder que han desplegado los enemigos de la democracia al intentar ponernos de rodillas. Luego de haber sobrevivido a tantos ataques, nos encontramos en plena forma para enfrentar la batalla decisiva. El 27 de mayo será la gran confrontación y tenemos todas las de ganar.
“Los colombianos tenemos muchas cosas en común. Cuando nos proponemos algo, luchamos para lograrlo. Tenemos la esperanza viva y vamos a construir un país de oportunidades”, dice Iván Duque con la convicción del triunfo electoral que es con el que derrotaremos a quienes se oponen, por sus mezquinos intereses, a que tengamos un futuro lleno de claridad cuando el presente es sólo oscuridad.
El enemigo no nos va a derrotar. Mientras Santos y sus aliados, representados en dos candidatos hinchados por sus ansias de poder, uno surgido de la izquierda radical y el otro de la corrupta politiquería, son capaces de cualquier cosa, nosotros tenemos el valor de enfrentarlos y derrotarlos.
Llevamos años de duras luchas que nos permiten llegar a estas elecciones presidenciales con claras opciones de triunfo. Con Iván Duque ganaremos la presidencia de la manera más contundente. Luego de una campaña caracterizada por su total pulcritud, su gobierno se anuncia como el que tanto hemos anhelado los colombianos, uno comprometido con “defender la legalidad, promover el emprendimiento y lograr equidad”
Las artimañas de la alianza Santos-FARC por consolidarse en el poder no han dando los resultados que esperaban. La madurez política de los colombianos no permitirá que el fraude enlodé de nuevo a nuestra República. De Petro y Vargas Lleras conocemos la capacidad de maldad que pueden desplegar para llevar a cabo sus siniestros planes pero con sus alardes no nos van a asustar. Con la confianza puesta en nuestras fortalezas enfrentaremos con valentía lo que venga.
Sigamos con paso firme y seguros del triunfo. Ante un pueblo que ha abierto los ojos no hay politiquería ni populismo que se imponga.
Estamos con el mejor, no queda duda. La presidencia de Duque marcará el destino de Colombia y no habrá reverso.
Fe, determinación y perseverancia.
