Sin querer, queriendo…

Así decía el Chavo del Ocho cada vez que hacía una estupidez. Y, con este reconocimiento de culpabilidad no malintencionada, buscaba que todo le fuera perdonado. El Presidente de la República parece que no tuviera de asesor de imagen a Miguel Silva, sino a este personaje creado por Roberto Gómez Bolaños, uno de los más grandes cómicos latinoamericanos. Cada que la embarra, que es con relativa frecuencia, dice como el Chavo: fue sin querer, queriendo, sonríe con picardía como si no hubiera hecho nada malo y le echa la culpa a la Chilindrina Barreras. La última salida de esta cantinflesca explicación fue la de un período transitorio de dos años. Juan Manuel “sin querer” pero queriendo propuso una reforma constitucional para ampliar los períodos de Presidente, Alcaldes y Gobernadores a seis años, después de una elección transitoria de dos. La propuesta era tan enredada que ni él mismo la entendió, pero aún así la trasmitió a su acólito en el Congreso el Senador Roy Barreras que, de puro avión, sí tenía claro que en ella tendrían que estar también los congresistas, así el Presidente no los hubiera invitado a esa fiesta. Como en el Congreso todo puede pasar… Roy no dudó que la aprobaría la aplanadora de la Unidad Nacional y de paso se ahorrarían elecciones y todo el mundo (político) les quedaría muy agradecido. Esta fórmula en verdad fue copiada, no del Chavo, sino de Chávez, que hizo exactamente lo mismo en su momento y se quedó catorce años y habría seguido allí en forma indefinida si no hubiera sido por el cáncer. Las reformas constitucionales pueden acabar en cualquier cosa y, como pasó en Venezuela, una vez surtidos los dos años de ampliación, en la nueva constitución los períodos anteriores no contarían y el Presidente se podría elegir por seis años más, como en efecto pasó con Chávez. En Colombia la gente no está dispuesta a tolerarle al Presidente esta avivatada. La reacción no se hizo esperar y ocasionó una nueva patraseada presidencial, con regaño incluido a Roy, que ya debe tener callo de tanto hacerse cargo de las embarradas de Juan Manuel. Así la revista Semana intente limpiar de malas intenciones la propuesta presidencial cuando bondadosamente utiliza palabras como: “renunciar magnanimemente a dos años de presidencia”, “desprendimiento”, “oferta auténticamente generosa”, “audacia de matar el problema en un dos por tres”, “propuesta de nobles intenciones”, etc. etc., en un artículo azucarado y melidroso, la realidad es que Santos está actuando torpemente. Esperemos que la disculpa, al estilo Chavo del 8, le funcione, porque lo de dormir en una casa de interés prioritario y dejarse fotografiar en calzoncillos dejó una desagradable sensación de populismo ramplón que no le va a subir un solo punto en las encuestas www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus/