¿A rapear con las Farc?

Diversos sectores colombianos confían en que los acercamientos de paz entre el gobierno y el considerado grupo terrorista en cabeza de Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timoleón Jiménez o Timochenko prosperen y a partir de este momento, acompañados con un cese de hostilidades. Es preferible escuchar su ritmo rapero y un discurso al parecer más optimista, con sus intenciones de ir a negociar a La Habana, Cuba, a soportar el interminablemente infernal sonido de ráfaga de metralla, los fusiles, las granadas, las armas no convencionales y las bombas sofisticadas elaboradas con la ayuda y asesoría de la banda terrorista ETA. Tras las conversaciones secretas de seis meses y que hacen parte de la llamada primera fase, deben comenzar los hechos reales, como el cese de hostilidades. ¡Ello es imperativo, desde ya! Uno de ellos, la liberación gradual y total de todos los secuestrados civiles. Al mismo tiempo, la información a las familias de las víctimas desaparecidas. Un proceso de paz sin pensar en las víctimas es seguir cometiendo los mismos errores y permanecer en un círculo vicioso. RAP debe ser: Reparación + Ayuda = Perdón. Que ninguno de los actores en conflicto, en esta oportunidad, negociadores del gobierno y de las Farc, se queden en buenas intenciones. Para que el proceso de paz funcione debe ser demostrado con hechos, con el propósito de que la comunidad recupere confianza en este tipo de procesos. No olvidemos, además, que las víctimas merecen resarcimiento y derecho a conocer la verdad y que ellas deberán ser las primeras beneficiadas con el acuerdo para construir la paz que todos anhelamos y queremos. Este intento de paz, como el mismo Timochenko lo señaló, comienza diez años después de ausencia y de canales de comunicación rotos. ¿Cómo harán las Farc y el gobierno de Santos para convencer a los colombianos de que este es el único y verdadero camino? ¿Qué podemos imprimir en la opinión pública que esta no será otra oportunidad fallida? ¿Por qué creer en las Farc, si pagan 1000 millones por la muerte de un colombiano? Si bien es cierto que disparando balas a diestra y siniestra, se alejan más las posibilidades de la paz; es mejor que silencien sus fusiles y dediquen su tiempo a rapear el nuevo y definitivo ritmo de la paz. Sería muy interesante preguntarle a los colombianos si quieren darle esos anhelados derechos políticos a “Timo” y a Iván Márquez. ¿Por qué no preguntarle a los colombianos vía referendo o consulta popular, si queremos ver a estos dos colombianos alzados en armas en el Congreso? La socialización de qué se negocia, y cómo se negocia es clara, es imperativa y necesaria. Quienes hacen críticas constructivas a este proceso de paz considero que no se oponen a ella, sino que ven a este tipo de mecanismos como inocuos y perdidos por cuenta de la experiencia del pasado y la actitud de los violentos. Más de un empresario de la música estará de paso interesado en descubrir y catapultar a los raperos de las Farc. Que acompañan ahora a su director de orquesta alias Timochenko; yo prefiero verlo de director musical o cualquier otra cosa, que en el monte, pero nunca posando de congresista. Twitter: @g_rodriguezm