Mamando Gallos

Se viven tiempos interesantes en Colombia. Los acontecimientos se precipitan a tal velocidad que resulta difícil decantar un hecho, cuando otro aún más trascendental pareciera atropellar desde la interminable banda sin fin de nuestra agenda noticiosa. Por ejemplo, no habíamos terminado de descifrar el episodio de las declaraciones del Primer Hermano de la Nación en el Woodrow Wilson -con todo y enigmática parábola presidencial de Augusto y Abdón- cuando las FARC proponen la legalización de marihuana, coca y amapola en la mesa de diálogo, mientras que el régimen venezolano empieza a dar claras señales de estar preparando la transición al chavismo sin Chávez. Las implicaciones de todos estos episodios no son de poca monta. En primer lugar, las palabras de Enrique Santos evidencian que desde la óptica del santismo, la reelección no se ve fácil, porque el proceso de paz no se ve fácil. Y no hay que ser un genio estratega político para darse cuenta que un fracaso en el proceso de paz dejará herida de muerte la imagen presidencial, y por tanto la reelección. Así qué Abdón el columnista hizo la tarea que le encomendó Augusto el político, y nos anunció desde Washington que el gallo tapado que recogerá las banderas del santismo en oposición al proceso de paz es Germán Vargas Lleras. A lo cual este último confirmó el tinglado cacareando con elocuencia de Gallo Claudio la profunda frase "No le falta razón". Winston Churchill y todos los grandes estadistas que a lo largo de la historia han acuñado frases célebres, deben estar revolcándose en sus tumbas...Pero de la risa. Por lo tanto, el panorama hacia el 2014 se está aclarando. Será el gallo tapado de Vargas Lleras contra el gallito que logre criar la gallinita uribista, cuyos tres huevitos empollaron nada menos que nueve pollitos (perdonará el lector pero los diminutivos en este caso...Son indispensables) presentados en sociedad en Santa Marta la semana pasada. Como en toda pelea de gallos, no se sorprendan...Volará mucha espuela y correrá mucha sangre, incluidas las fotos ensangrentadas de policías muertos transitando entre redes sociales. Es la naturaleza de las peleas de gallos. Pero lo más interesante no sucederá aquí, sino en Caracas y La Habana. Porque muy distinta será la suerte del proceso de paz si el chavismo logra sobrevivir a Chávez y ganar las elecciones que pareciera se están cocinando, así Capriles resulta ser el gallo que los derrote. O si Maduro sale calceto como Santos, y "deja mamando" a quien lo designó como sucesor. Cualquiera de estos escenarios debilitaría la posición negociadora de las FARC, lo cual podría facilitar un acuerdo. En cuyo caso, todo el escenario de arriba se desdibuja. Para no hablar de las implicaciones de la propuesta de las FARC en la mesa de negociación de legalizar los cultivos de droga en Colombia. ¿Qué va a responder el gobierno que promovió ese debate en la Cumbre de las Américas, enmarcado en el debut a la fama mundial de la "escort" Dania Londoño? ¿Qué hará al respecto nuestro Inquisidor General de la República, quien con el flamante matrimonio de su hija Natalia nos dejó muy claro que para él la realidad se congeló en 1545 con el Concilio de Trento, es decir, rodéate de magistrados, dale la espalda a los fieles y háblales en latín? Definitivamente corren tiempos interesantes. Aunque a veces me pregunto si la polarización que nos ha traído el auge de las redes sociales es precisamente porque el acto de juzgar tiene la capacidad casi mágica de endurecer eso que estamos juzgando. De trino en trino, alimentamos gallitos de pelea. Tal vez sería más sabio recuperar la sabiduría ancestral de no tomarnos tan en serio y dedicarnos a la más santa de nuestras tradiciones...La de mamar gallo.