En política no hay enemigos sino socios y contradictores, que más adelante pueden ser aliados. Por eso dicen que la política es “dinámica”, para justificar lo que la masa llama voltiadas, algunas –en justicia- grotescas y de consumados contorsionistas.
El ejemplo más notorio y reciente fue el de Juan Manuel Santos que como ministro enardeció los ánimos con ataques virulentos contra elpresidente Hugo Chávez, primero, y después contra Maduro. Pero al llegar a la presidencia lo convirtió “en su mejor amigo”.
Hay otro ejemplo de esta semana, para no abundar en casos múltiples, que harían interminable y pintoresca esta nota.
Los pocos comensales de un restaurante de Bogotá vieron con sorpresa a los senadores Iván Cepeda (del Polo Democrático) y Roy Barreras (hoy de la U, antes uribista y atrás de Cambio Radical), enfrentados ideológicamente, el agua y el aceite en política, pero esta vez jugando con la misma camiseta, cautivados por la paz que habrá de firmarse en La Habana.
Esos viajes -del uno de siempre y de Barreras hace poco- los tiene fascinados con Cuba y el discurso santista, al punto de verse arrobados y absortos –lo notaron los testigos- como viejos amigos que se reencuentran y no paran de contar sus experiencias.
¡Quién lo creyera¡ Cepeda y Barrera juntos, animados en la conversación y en el abrazo,celebrando lo que otros ven todavía imposible.
Iván Cepeda y Roy Barreras, los nuevos mejores amigos
Sáb, 07/05/2016 - 06:39
En política no hay enemigos sino socios y contradictores, que más adelante pueden ser aliados. Por eso dicen que la política es “dinámica”, para justificar lo que la masa llama voltiadas, algu