Gracias por trabajar honestamente y no robarnos

Como si fuera poco en este país en donde a diario vemos las irregularidades de algunos que desempeñan funciones públicas y son condenados –lo que se sabe- por parapolítica, nexos con narcos, corrupción administrativa y judicial, etc, ahora el sindicato de la Fiscalía General de la Nación elevó una solicitud a Santos y otros altos funcionarios pidiendo un premio a la honradez. La función pública de suyo supone un personal idóneo y sobre todo honrado, probo, honesto y transparente, más en que en cualquier entidad del sector privado o mixto, pues se trata de trabajos que están ejecutándose con dineros del erario. La calificación sobre la moralidad y la estricta ética de quienes se mueven en la cosa pública, tiene que ser la más alta; debe tratarse de un comportamiento ejemplar con unos valores férreos y una rectitud incólume. Sencillamente debería darse por descontado porque tienen mayor responsabilidad que cualquier otro trabajador. Esto a nivel general. Pues parece que el sindicato de la Fiscalía General de la Nación (SINTRAFISGENERAL) no lo ve así. A través de un pliego de peticiones estos asociados –legítimamente supongo, pero con peticiones absurdas-, han tenido a bien solicitar una serie de puntos, que para quienes tenemos mediana sensatez sobre las obligaciones y el deber de moralidad que debe caracterizar a los servidores públicos y para quienes a diario lidiamos con fiscales y en general operadores de justicia, son completamente desenfocadas. Una de las solicitudes que más genera indignación es la de otorgar el “Premio a la honestidad, consagración, perseverancia y superación”. Este es apenas un punto de la solicitud que hace el sindicato. Este premio consiste en un año sabático para los funcionarios gracias a su honestidad y buena conducta en sus labores. Esto es perfectamente absurdo. La honestidad no se premia; se reconoce y se cuida al funcionario; pero no se premia. Sería como decirle “muchas gracias por no robarnos”, “gracias por no prevaricar”, “gracias no por ser un peculador”, “gracias por actuar con arreglo a la ley”. Esto no tiene sentido alguno. Ahora bien, surge de este disparate una pregunta: de dónde saldrán los recursos financieros para que aquellos funcionarios de la FGN disfruten de su merecido año sabático por su honestidad? Evidentemente del bolsillo del contribuyente, que en muchas ocasiones es víctima de una pésima administración de justicia y que ahora tiene que recompensar la transparencia de algunos pocos. Es que por ahí dicen que “en tierra de ciegos el tuerto es rey”. Esto sí lo aplican muy bien los del sindicato. En la masacre del Avión de Avianca, hoy declarada de Lesa Humanidad, puedo dar fe del paquidermismo y la inoperancia de la Fiscalía de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y hasta del trato ofensivo y revictimizante de la fiscalía octava. No estoy señalando ni poniendo en duda su honestidad, pero sí su consagración y perseverancia. Esto hay que vivirlo para poder opinar. Sé que algunos colegas comulgan conmigo y muchos posiblemente no. La lista del pliego es larga. Otras de las peticiones desbordadas son: la creación de varias primas; entre ellas una del 30% de la remuneración mensual para los empleados que sean coordinadores de unidad o tengan a su cargo grupos internos de trabajo. Además una prima de bonificación de servicios que se pague por año laborado y que sea equivalente al 50% de la remuneración mensual devengada, y prima por “servicio del mes de julio” correspondiente a 30 días de salario. Adicionalmente piden que se reconozca el pago de horas extras, que el seguro de vida tenga cobertura por muerte natural, una EPS exclusiva para los servidores y su núcleo familiar, a quienes también deberán beneficiarse con la paga del 100% de las matrículas de educación primaria, secundaria y profesional y que haya servicio de transporte para todos los servidores. Otra perla es que los familiares de algún funcionario que hubiera muerto (de manera violenta) con ocasión al desempeño de su trabajo, de inmediato y sin ningún requerimiento sean vinculados a la FGN como si fuera su sucesor. Surgen otras preguntas: qué pasa con la gente de carrera? Dónde está la famosa meritocracia? No generará esto resentimientos en los que han venido disputando con esfuerzo, dedicación y logros un espacio en esa entidad? Yo soy un convencido de que a la gente hay que incentivarla y motivarla. Hay labores complejas y sin duda la de trabajar en el sector público y más en una entidad como la Fiscalía General de la Nación, no es tarea fácil y justamente por eso se requiere de gente sin tacha. Pero eso nada tiene que ver con un premio a la honestidad, porque como ya lo he dicho ese debe ser uno de los requisitos sine qua non para hacer parte de la administración de justicia. Un galardón a un fiscal por su honestidad, es equiparable a una bonificación al Papa por su corazón bondadoso. Ojalá que Santos, Pardo y el Dr. Montealegre no se dejen meter este golazo. Abrazo cálido. Seguimos trabajando. @colconmemoria presidencia@colombiaconmemoria.org