Chávez parte IV

El trabajo arduo y constante de Henrique Capriles puso por instantes a pensar a más de uno que el triunfo sería para él y que Venezuela tendría por fin un nuevo Jefe de Estado. Chávez y sus seguidores prefieren mantenerlo cerca y llevando las riendas del país por encima de todo y a quienes se oponen. Más allá del gusto o la simpatía que pueda despertar el presidente venezolano, totalmente respetable porque fue elegido por una amplia mayoría, queda una pregunta suelta: ¿es sana su permanencia para la política de América Latina, amañarse tanto en el púlpito del poder? Chávez llegó a la presidencia el 2 de febrero de 1999, lleva más de 13 años, y con 6 más pasará en tiempo de duración al tan criticado y llamado dictador de Chile,  Augusto Pinochet. Parece ser que la izquierda termina haciendo casi siempre lo que critica de la derecha, cuando está más cerca del poder o en él. ¿Qué está sucediendo a estas alturas en nuestro continente? Es válida la democracia, bienvenida sea y que el fenómeno de la “reeleccionitis” ojalá no se permita más de dos veces, porque en últimas se convertiría en una similar y amañada dictadura de siglo pasado. El inusual bicho que apareció en pleno siglo XXI parece estar picando  cada día a más de un presidente latinoamericano, y lo más curioso, a quienes pertenecen a movimientos de izquierda. ¿Por qué resultaron estos personajes, haciendo lo que tanto criticaban antes? ¿Quién supervisa ahora el manejo de los riales, como dicen en Venezuela? Tanta desconfianza a los dirigentes de la derecha como solían tenerla estos señores antes de llegar al poder, y ahora no se compadecen con su historia. Más aún, cuando sus prácticas resultan todavía más reprochables de lo en su momento criticaron. Ni hablar siquiera del crecimiento del aparato burocrático o de la nueva burguesía que goza de buenas y nuevas tierras, al parecer, a través de la llamada Ley de Tierras. En 13 años se incrementó el gasto público en pro de mantener gobernabilidad y de ser un régimen incluyente. Por cuenta de esto Venezuela pasó de tener 14 ministerios a 29, donde hoy muy seguramente no se salva ninguno de las uñas de la corrupción. Aunque Henrique Capriles  no podrá lucir por ahora la banda presidencial,  podría decirse que ganó una gran contienda, y que luchó como David contra Goliat. Hizo temblar por instantes  al recién enfermo presidente Chávez, enfermo de poder y enfermo de “amor“ por “un pueblo” que al parecer lo  sigue. En La Habana están felices por el triunfo de Chávez, pero sobre todo porque garantizan la amistad de su buen aliado comercial con la isla. Los Castro se sienten orgullosos de que Huguito, su consentido, esté siguiendo sus mismos pasos.No obstante,  la continuidad de Chávez es la continuación de los Castro, la unificación y persistencia de la oposición, y un amplio sentido nacional, donde siempre brillará la polarización. Twitter:@g_rodriguezm