Tabio ha estado perturbado en los últimos días, ante la posibilidad de que se permita la exploración. La razón es la explotación y comercialización del carbón presente en la zona cundiboyacense, por todos los efectos ambientales, sostenibles y sociales que se generarían. El alcalde Oscar Rodríguez ha hecho diferentes llamados para que por lo menos se escuche a la comunidad antes de otorgar la licencia. El Ministerio de Ambiente le ha comunicado al alcalde que ha dado el visto bueno para la habilitación de polígonos mineros en el pueblo. Según la resolución expedida (informe especial de El Tiempo y CityNoticias), se encuentran habilitadas 15 mil hectáreas aproximadamente para este tipo de trabajos para buscar arcilla, recebo, gravilla y carbón.
He aquí algunas declaraciones que Rodríguez concedió al diario bogotano en días pasados sobre el tema: “No. Desafortunadamente no se ha logrado una cita con él; tal vez no sea un tema muy relevante para ellos pero nosotros como comunidad y como municipio necesitamos concertar y buscar el espacio con el ministro (léase Juán Gabriel Uribe, quien supuestamente se desempeña como Minambiente, aunque no haga mayor cosa)”…. “En la zona donde se va a desarrollar la actividad minera hay un proyecto de plan maestro de acueducto municipal, con una inversión de 12.450 millones de pesos que ya está avalado por la Gobernación. La minería allí afecta las cuencas hídricas del municipio y la captación de agua”. Como quien dice, los trabajos mineros que se pretenden desarrollar (si no es que se encuentran ya en marcha), son una bomba de tiempo que puede extenderse a otras comarcas cercanas.
¿Qué dicen las autoridades departamentales y ambientales? Bien gracias, ¿y usted?
Pero cómo será la magnitud del problema generado, que la Procuraduría General de la Nación le ha solicitado a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, que considere la posibilidad (según la W Radio) de suspender la explotación minera concedida a la empresa Gravicol Ltda., que se viene desarrollando en la Vereda Río Frío Oriental. Asimismo, el ente de control alerta sobre las posibilidades de daños ambientales en la zona. Es pertinente aclarar, que dicha acción se llevó a cabo en tiempos de Frank Pearl en Minambiente. Queda por reflexionar si la locomotora minera, de la que se ha pegado el Presidente Juán Manuel Santos como chicle en zapato, es un monstruo sin control que se carcome la flora y fauna colombiana con el beneplácito de la clase política e industrial de este país inviable.
Y lo más triste, es que Tabio había sido declarado como Municipio Verde de Colombia, un título que ha llevado con mucho honor, pero que con la concesión de 1.555 hectáreas (según Periodismo Público) en las veredas Río Frío, Carrón, Lourdes y Salitre, se podría venir al piso todo el trabajo ambiental y sostenible hecho al respecto. Por eso, la comunidad, en una actitud democrática y sensata, salieron en días pasados a protestar y recoger firmas para evitar que la CAR conceda las correspondientes licencias ambientales para que se inicien las explotaciones.
¿Cómo justificaría la corporación esta polémica decisión? Camilo Zambrano, su Jefe de la Oficina Provincial para la Sabana, dice que la resolución solo permitiría algunas modificaciones en ciertas zonas de varios municipios para que se amplíen las áreas de trabajo y después se hagan las solicitudes correspondientes. Frente a lo anterior, la Secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Agropecuario de Tabio, Sandra Ruiz, asegura que dichas concesiones los perjudican porque se harían en zonas de nacederos de ríos que son fuente de abastecimiento municipal. “Tabio siempre ha sido autosostenible hídricamente gracias a sus reservas acuíferas y los 10 acueductos con los que cuenta. Además, los predios que están sobre los cerros están por encima de los 2.650 metros sobre el nivel del mar y esto los hace, por ley, una zona de reserva ambiental que además alberga especies en vía de extinción. Esta reserva forestal protectora de la cuenca alta del río Bogotá es la que quieren modificar con la resolución”. Palabras de la Funcionaria.
A continuación se remiten apartes de una carta que la Secretaría Ambiental de Tabio envió al Ministerio, en calidad de Derecho de Petición, con el fin de aclarar dudas sobre la materia, y así evitar una catástrofe ambiental de incalculables pérdidas: “Según la resolución 3194 de 2006 el municipio de Tabio hace parte integral del POMCA del Río Bogotá, con un importante aporte de las cuencas del Río Frío y del Río Chicú, las cuales son abastecidas por diferentes quebradas y cuerpos de agua del municipio”…. “El daño ambiental que causa la minería vulneraría nuestro derecho fundamental a un ambiente digno y sano y nuestro derecho constitucional a defenderlo, estipulado en el numeral 8 del Artículo 95 de la Carta Magna”. Y tienen razón.
PD: En Venezuela, bien sea chavista, caprilista, adeca o copeyana, siempre habrá el momento para destilar su anticolombianismo.
Pero cómo será la magnitud del problema generado, que la Procuraduría General de la Nación le ha solicitado a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, que considere la posibilidad (según la W Radio) de suspender la explotación minera concedida a la empresa Gravicol Ltda., que se viene desarrollando en la Vereda Río Frío Oriental. Asimismo, el ente de control alerta sobre las posibilidades de daños ambientales en la zona. Es pertinente aclarar, que dicha acción se llevó a cabo en tiempos de Frank Pearl en Minambiente. Queda por reflexionar si la locomotora minera, de la que se ha pegado el Presidente Juán Manuel Santos como chicle en zapato, es un monstruo sin control que se carcome la flora y fauna colombiana con el beneplácito de la clase política e industrial de este país inviable.
Y lo más triste, es que Tabio había sido declarado como Municipio Verde de Colombia, un título que ha llevado con mucho honor, pero que con la concesión de 1.555 hectáreas (según Periodismo Público) en las veredas Río Frío, Carrón, Lourdes y Salitre, se podría venir al piso todo el trabajo ambiental y sostenible hecho al respecto. Por eso, la comunidad, en una actitud democrática y sensata, salieron en días pasados a protestar y recoger firmas para evitar que la CAR conceda las correspondientes licencias ambientales para que se inicien las explotaciones.
¿Cómo justificaría la corporación esta polémica decisión? Camilo Zambrano, su Jefe de la Oficina Provincial para la Sabana, dice que la resolución solo permitiría algunas modificaciones en ciertas zonas de varios municipios para que se amplíen las áreas de trabajo y después se hagan las solicitudes correspondientes. Frente a lo anterior, la Secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Agropecuario de Tabio, Sandra Ruiz, asegura que dichas concesiones los perjudican porque se harían en zonas de nacederos de ríos que son fuente de abastecimiento municipal. “Tabio siempre ha sido autosostenible hídricamente gracias a sus reservas acuíferas y los 10 acueductos con los que cuenta. Además, los predios que están sobre los cerros están por encima de los 2.650 metros sobre el nivel del mar y esto los hace, por ley, una zona de reserva ambiental que además alberga especies en vía de extinción. Esta reserva forestal protectora de la cuenca alta del río Bogotá es la que quieren modificar con la resolución”. Palabras de la Funcionaria.
A continuación se remiten apartes de una carta que la Secretaría Ambiental de Tabio envió al Ministerio, en calidad de Derecho de Petición, con el fin de aclarar dudas sobre la materia, y así evitar una catástrofe ambiental de incalculables pérdidas: “Según la resolución 3194 de 2006 el municipio de Tabio hace parte integral del POMCA del Río Bogotá, con un importante aporte de las cuencas del Río Frío y del Río Chicú, las cuales son abastecidas por diferentes quebradas y cuerpos de agua del municipio”…. “El daño ambiental que causa la minería vulneraría nuestro derecho fundamental a un ambiente digno y sano y nuestro derecho constitucional a defenderlo, estipulado en el numeral 8 del Artículo 95 de la Carta Magna”. Y tienen razón.
PD: En Venezuela, bien sea chavista, caprilista, adeca o copeyana, siempre habrá el momento para destilar su anticolombianismo.
