El fútbol es tan impredecible como cruel, en ocasiones da razón al vaticinio pero en otras acaba con las ilusiones de quienes creyéndose ganadores descargan la ilusión en un festejo anticipado, la sensación del triunfo es tan efervescente que jugadores, técnicos y aficionados olvidan el “detalle” de los últimos 30 segundos. Para cualquier mortal, un minuto se esparce en un abrir y cerrar de ojos mientras que en el fútbol, esos mismos párpados pueden detenerse ante la gloria o encandilarse frente a la debacle. El martes gran parte de los 585 mil malagueños, estuvieron expectantes por el compromiso más importante de la historia de su equipo, sus once representantes se jugaban los 90 minutos con el objetivo de avanzar a las semifinales de la Liga de Campeones en su primera participación en el certamen.
Cuando el reloj se movió, Málaga que estaba en desventaja luego del cero a cero en casa, salió al Signal Iduna Park sin temores a demostrarle al Borussia Dortmud que tenía armas para acallar a su afición –la más fiel del mundo-. El gol de Joaquín abrió la puerta de la gloria al equipo revelación de la Champions, que sin importar el empate del polaco Robert Lewandowsky, ya abonaba el terreno para su clasificación a la siguiente fase. La victoria parecía cerca y más aún cuando Eliseu a falta de 8 minutos para el final ponía el segundo para Málaga.
El festejo del portugués retumbó en la península ibérica y en una afición que con el puño cerrado dejaba en silencio a los germanos. Fueron ocho minutos camino a la inmortalidad para Manuel Pellegrini y los once valientes que hasta ese momento dejaban fuera de camino a uno de los mejores equipos de la presente edición de la Liga de Campeones. Sin embargo, la desbordada alegría malagueña fue sacudida en el último minuto del partido. Los fatídicos 30 segundos condenaron la ilusión española y devolvieron la voz a los alemanes. Cuando algún fotógrafo revisaba el registro del gol de Marco Reus, los fanáticos del Borussia Dortmund advertían el milagro con el ensordecedor grito de la tercera anotación, el segundero no alcanzó la vuelta completa cuando Felipe Santana –en fuera de lugar- selló la histórica clasificación de los alemanes con el 3 a 2 y la desilusión más grande para los españoles.
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En un minuto Borussia Dortmund acabó con las ilusiones de Málaga
Faustino Asprilla y su minuto de oro en Suecia En la Recopa de Europa temporada 1993/1994, Faustino Asprilla puso la cuota colombiana con dos goles en menos de dos minutos. Las acostumbradas zancadas con las que el tulueño se destacó en las más importantes canchas del mundo, sirvieron en aquella ocasión para salvar al Parma de la derrota en Suecia ante el Degerfors. Los locales se habían adelantado con gol de Henrik Berger, sin embargo el colombiano esperó hasta el minuto 88 para poner su sello, con un golazo que dejaba ver su potencia, velocidad y capacidad para eludir a los rivales. Apenas pudo celebrar el empate parcial, cuando él mismo generó la jugada que terminaría con su segundo gol, una corrida desde el centro del campo y una definición con un toque de distinción a la salida del arquero para sellar en menos de 50 segundos el triunfo del Parma en el partido de ida de la primera fase de la Recopa de Europa. Aunque el equipo del delantero nacional perdería la final del torneo con el Arsenal, en la memoria de los aficionados italianos quedaron esas dos anotaciones con las que Asprilla dejó su huella en las canchas de Europa. [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=8Jgo0Zdd4qA[/youtube]En 1993, Faustino Asprilla marcó dos golazos en dos minutos
Manchester puso a llorar al Bayern La noche del 26 de mayo de 1999, el Camp Nou fue testigo de uno de los partidos más memorables en la historia del fútbol. Bayern Múnich enfrentaba a Manchester United en la final de la Liga de Campeones, un partido que bien podría resumirse en los dos minutos finales. Aunque los bávaros se adelantaron con el gol de tiro libre de Mario Basler, Alex Ferguson tenía preparado el plan perfecto para vulnerar la puerta de Oliver Kahn. En el minuto 90 cuando los alemanes se aprestaban a recibir su cuarto título de la Champions League, el entrenador escocés envió al campo a Teddy Sheringham y al noruego Ole Gunnar Solskjaer, quienes serían los héroes de la jornada. El reloj se detuvo para los ingleses, que tras un tiro de esquina cobrado por David Beckham y una serie de rebotes en el área, lograban el empate sobre la hora gracias al gol de Sheringham. Todo estaba dado para que el gol de oro definiera la serie, sin embargo el péndulo se hizo eterno para el Bayern Munich, las piernas de Matthäus, Effenberg y Kuffour no respondieron en el minuto final pero sí la cabeza de Solskjaer, quien aprovechó el desvío de Sheringham para decretar el dos por uno definitivo. [youtube]http://www.youtube.com/watch?v=AMiWFlMQNFs[/youtube]En 1999, Manchester necesitó dos minutos para obtener la Champions League
