En un comunicado oficial emitido desde el palacio de Kensignton se informó que Meghan Markle estaba atravesando "un momento profundamente personal" después de que la prensa informara que el padre de la actriz estadounidense podría no asistir a la boda de su hija con el príncipe Harry el próximo sábado.
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Además se comunicó que Thomas Markle sufrió un infarto hace unos días, pero ya está recuperado. "Es un momento profundamente personal para la señora Markle en los días previos a su boda. Ella y el príncipe Harry piden de nuevo comprensión y respeto en esta difícil situación", indica el comunicado a dado a conocer a través de un portavoz de la residencia oficial del príncipe.
No hay información sobre si el padre de Meghan estará o no finalmente en la boda del sábado. Sin embargo, ha sido blanco de críticas por supuestamente haber vendido por 100 mil dólares imágenes de él cuando se estaba tomando las medidas para el traje que usaría en la boda y también mientras observaba fotos de la futura pareja real en una computadora.
Markle ha explicado que "no quería hacer daño a su hija ni a la Familia Real Británica" y que está "profundamente avergonzado por haber participado en el montaje".
Al parecer, según los familiares del padre de la novia, el hombre se dejó convencer por la insistencia de un paparazzi para que vendiera las fotos y ahora se siente "traicionado y como un idiota". Este incidente ha provocado que el palacio de Kensignton advierta contra cualquier publicación de fotos robadas de Thomas Markle y a pedir que se respete su vida privada.
En defensa de su padre, ha salido Samantha Markle, hermana de la novia, que dijo que Thomas no irá a la boda para no "avergonzar a su hija" por todo el daño causado, y aseguró que había sido ella la que le aconsejó entablar esa relación con los fotógrafos. "Fue mi idea que se hiciese estas fotos para que diesen una imagen positiva de él. Yo soy la culpable de ellas", indicó.
